Ciencia: La humedad
La humedad atmosférica
La atmósfera, como todos sabemos
es esa capa gaseosa que recubre nuestro planeta y no es otra cosa que una mezcla homogénea de gases. Nitrógeno y oxígeno
principalmente, pero también dióxido de
carbono, agua y algunos otros gases más. Se puede decir que se trata de una
solución gaseosa donde el nitrógeno funciona como solvente y los demás gases se
encuentran disueltos en ese “mar gaseoso” de nitrógeno.
El vapor de agua (agua en estado gaseoso), que procede de la evaporación de los mares y océanos, de los ríos, los lagos, las plantas y otros seres vivos, es uno de esos gases disueltos. La humedad es este
vapor de agua disuelto. Como en toda solución hay una cantidad máxima de vapor
de agua que se puede disolver en el aire (solubilidad) que depende de la
temperatura a la que se encuentre ese aire; a mayor temperatura, mayor solubilidad,
siempre que la presión atmosférica no varíe significativamente.
La proporción de agua que hay en la atmósfera es muy cambiante y por eso
tenemos “días húmedos” y “días secos”. Si se toma un volumen determinado de
aire (por ejemplo un litro) y se le agrega vapor de agua este se va a disolver
hasta una cantidad máxima. Como cuando
agregamos azúcar al café con leche y ponemos demasiada, por más que revolvamos siempre
encontraremos azúcar sólida que no se va a disolver en el fondo de la
taza. Cuando el aire atmosférico ha
disuelto todo el vapor posible, está saturado
de humedad; y los informativos dicen: la humedad ambiente es del 100%. En
estas condiciones el aire no admite más vapor, y el excedente se condensa (se
convierte en líquido) formando pequeñas gotitas sobre la superficie de las
cosas o formando nieblas.
Si se enfría el aire húmedo
rápidamente disminuye la solubilidad y el exceso de agua, que no puede estar
disuelta, forma pequeñas gotas en forma de niebla o vaho. El aire que
expulsamos por la boca tiene agua disuelta. Si soplamos en una habitación
caliente cuando el aire no está saturado de humedad todavía no sucede nada;
ahora bien, si se sopla sobre un cristal que esté más frío, el exceso de agua
que no puede estar disuelto, pasa a estado líquido formando diminutas gotas
sobre el cristal. Podemos saturar con vapor de agua el aire dentro de un baño
dejando correr el agua caliente de la ducha; al rato, vemos como se forma
niebla y se condensan gotitas de agua en las paredes y los espejos.
Muchas
observaciones científicas se basan en mediciones. Para la ciencia, la medición
es algo fundamental. Muchas veces es necesario realizar mediciones de la
humedad ambiente. La humedad relativa es el porcentaje de agua
disuelta que tiene el aire respecto de la máxima cantidad que puede disolverse
(saturación) a una temperatura determinada. Por ejemplo: a 30º C se pueden
disolver 30 gramos
de agua en 1 metro
cúbico de aire. Si sólo hay disueltos 15 gramos , la humedad
relativa es de 50%.
Entre otros
efectos la humedad relativa está relacionada con la comodidad personal. La
evaporación que se produce con la transpiración es un fenómeno necesario para
disipar el calor producido en el cuerpo humano. En ambientes fríos es
conveniente limitarla para evitar pérdidas de calor excesivas, mientras que en
ambientes cálidos es importante favorecerla, sobre todo cuando la temperatura
ambiente llegan a la temperatura del cuerpo (unos 36,5º C) o la supera, en este
caso la transpiración es el único recurso del cuerpo para disipar el calor. El
aire humedecido por la evaporación producida al transpirar, tiende a quedarse
cerca de la piel, lo que dificulta el proceso de evapotranpiración. Una
corriente de aire puede sustituir este aire saturado por otro con menor
contenido de humedad, lo que mejora el proceso de evaporación. De ahí que el
aire movido por un ventilador o por una corriente de aire, causa sensación de
frescura. Lo que refresca el cuerpo es la evaporación del sudor en la
superficie de la piel, ya que para pasar de agua líquida a vapor necesita
absorber energía en forma de calor y la toma de lo más cercano que es la piel,
con lo que el cuerpo se refrigera.
Cuando la
humedad es alta, el sudor del cuerpo no se evapora con facilidad y no puede bajar
su temperatura correctamente. Cuando la humedad es baja, en ambientes fríos por ejemplo, causa
un exceso de pérdidas de calor del cuerpo por evaporación de agua, provocando
sequedad de la piel y de las
mucosas. Los
ambientes cálidos, con baja humedad relativa son mucho más soportables que los
que tienen alta humedad relativa.
Veamos una sencilla
práctica que les permitirá medir la humedad relativa de una ambiente con una
precisión aceptable.
Materiales
Esta
experiencia se basa en el llamado punto
de rocío, temperatura a partir de la cual el agua disuelta se condensa.
1)
En el
recipiente metálico coloquen agua hasta las dos terceras partes. Dejen reposar
hasta que esté a temperatura ambiente (una hora). Midan su temperatura y
anótenla.
2)
Añadan el
hielo picado y remuevan con suavidad. Observen con atención la lata hasta que
aparezcan gotas diminutas en el exterior de la misma. Anoten la temperatura.
3)
Consulten el
siguiente gráfico con el que podrán obtener la humedad relativa.
1)
En
habitaciones que estén a distinta temperatura, midan la humedad relativa en
cada una de ellas y observen las diferencias que encuentren.
Punto de rocío
Si una mezcla aire y vapor de agua se
enfría se puede llegar a una temperatura en la que el vapor comienza a
condensarse. Esa temperatura es la llamada punto de
rocío y a esa temperatura la humedad relativa será del 100%. Un ejemplo
que se puede mencionar es el rocío; debido a que al disminuir la
temperatura durante la madrugada, la humedad relativa del aire alcanza el 100%,
el vapor de agua que ya no admite estar disuelta en el aire se condensa en
forma líquida en la superficie de los objetos: hojas, flores, etc. Cuando esto
ocurre en un local cerrado, el agua líquida puede depositarse sobre cualquier superficie que esté por debajo
de la temperatura de rocío, como el vidrio de una ventana o un muro sin
aislamiento. El rocío, en el exterior, se puede producir
tanto en invierno como en verano (sobre todo en climas en los que hay gran
contraste de temperaturas entre el día y la noche). Cuando este fenómeno ocurre
en invierno, con temperaturas por debajo de 0°C, la helada convierte el rocío
en escarcha.
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