Historias e historietas

              

Varios meses después de su partida del puerto de Montevideo  la flota anglo-francesa volvía río abajo después de la fracasada expedición comercial, cuya rentabilidad se daba por segura. Corrientes, empobrecida por las guerras internas,  no había resultado ser un buen mercado. Tampoco el Paraguay,  gobernado por Carlos Antonio López, había aceptado las promesas de “libre comercio”.  Los buques mercantes  protegidos por varios buques de guerra volvían tan llenos como habían salido.

Durante el viaje de ida, la flota había sido  hostigada a lo largo de toda la travesía  desde la costa santafecina. Después de haber forzado el paso del río Paraná en la Vuelta de Obligado, la artillería volante al mando de Thorne la había atacado en Acevedo, San Lorenzo y el Tonelero.

El 4 de junio de 1846 en la angostura de la punta del quebracho
Mansilla, recuperado de las heridas que había recibido durante el combate de la Vuelta de Obligado, esperaba  la flota intrusa. Había apostado 17 cañones y contaba con más de 700 hombres para enfrentar a la flota anglo-francesa. Cuando los buques estuvieron a tiro, Mansilla dio la orden de fuego. El caos se apoderó de las embarcaciones al no poder alcanzar con sus cañones la artillería criolla por la altura de la barranca y lo estrecho cause del río. En su tentativa de huir algunos barcos vararon sufriendo importantes daños. También las bajas en la tripulación fueron numerosas bajo el fuego criollo.


El encuentro de la angostura de la Punta del Quebracho selló definitivamente la aventura económico-comercial de una empresa prepotente llevada a cabo por quienes, seguros de su enorme superioridad militar, atropellando todos los derechos de la Confederación Argentina, se proponían  cuantiosos dividendos.



Nota: La angostura de la Punta del Quebracho queda donde hoy se encuentra Puerto General San Martín en la provincia de Santa Fe.

En el discurso de las derechas latino- americanas contra los gobiernos nacionales y populares,  inspirados en el pensamiento pro globalización de los países centrales,  la idea de que un estado benefactor y proteccionista atenta contra la libre circulación de mercancías y de capitales que demanda el mundo empresarial, que en la actualidad gobierna de facto la economía mundial, no es algo nuevo: el reclamo de la libre navegación de los ríos y el libre comercio que proclamaban Inglaterra y Francia en la segunda mitad del siglo XIX buscaba lo mismo.
El bloqueo impuesto por la flota anglo francesa al Río de la Plata que tuvo como consecuencia los enfrentamientos de la vuelta de Obligado y la Batalla de Punta Quebracho era la manera de forzar a los países que se oponían a esas prácticas a firmar tratados poco beneficiosos para esos estados.

En la revista Hora Cero Extra Nº 23 apareció un episodio de 7 páginas de la serie Patria Vieja referido al tema. El guión del episodio fue escrito por H. G. Oestergeld, como casi todos los episodios de la serie, y los dibujos era del santafecino Juan Arancio. Estas son las tres primeras páginas:





Continuará




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